IA y el Arte
Luis Fernando Cornejo es estudiante de psicología de la Universidad Católica San Pablo. Preocupado por los desafíos que la tecnología, especialmente la IA, supone para el ser humano, ha decidido
Luis Fernando Cornejo es estudiante de psicología de la Universidad Católica San Pablo.
Preocupado por los desafíos que la tecnología, especialmente la IA, supone para el ser humano, ha decidido empezar a escribir en torno a este tema, guiado por su profesor de Antropología Filosófica, el Dr. Juan David Quiceno, te invitamos a leer, apoyar y comentar su ensayo.
Hoy en día nos encontramos ante una nueva revolución tecnológica.
Las inteligencias artificiales se han vuelto herramientas muy útiles para producir y administrar múltiples actividades de las personas. Sin embargo, el avance rápido de las inteligencias artificiales ha hecho que sean usadas en áreas que, a mi modo de ver, deberían ser meramente humanas. Una de estas áreas afectadas negativamente por las IA es el arte y sus varias ramas.
Antes de ver la problemática se debe entender la situación del arte en la actualidad. La actualidad del arte ya es bastante decadente, ya que el arte ha perdido, en mi opinión, su núcleo principal, es decir, la expresión única del artista que busca el bien y la belleza. En la actualidad, el arte se percibe como un producto más y no como forma de expresión de la interioridad de las personas humanas. El asunto es notorio, por ejemplo, en la música urbana de la actualidad, la cual no busca expresar una visión de la belleza del autor, sino, busca ser popular para producir la mayor cantidad de beneficio posible. La letra no busca expresar un tema específico, sino que usa temas de forma arbitraria (romance, etc). Además, tampoco presenta una originalidad. La mayoría de las canciones urbanas actuales mantienen el mismo ritmo.
Por ello, parece en mi opinión que no trascienden, pasan rápidamente de moda y la mayoría son olvidadas y reemplazadas por nuevas canciones. Sucede igual con los ídolos musicales, en parte porque son tratados como productos y no como personas.
Otra área del arte afectada por la actualidad es el supuesto “Arte contemporáneo”. Este arte presenta en su mayoría una falta total de expresión de sus autores, ya que la mayoría de obras se ponen el título de ser “interpretadas por cada persona”. Adicionalmente, muchas de las obras provenientes de estas corrientes de arte, presentan poca creatividad y ejercicio de talento. En algún caso, siendo muy simples, aun cuando su valor asciende paradójicamente a millones de dólares.
Un caso llamativo es el famoso plátano pegado a la pared de Cattelan.
En consecuencia, uno podría pensar que el arte contemporáneo está en crisis y que el uso de la IA viene a agravarla.
La realidad es que la IA ha mostrado ser capaces de realizar “manifestaciones artísticas”, creando imágenes, haciendo letras para canciones, haciendo guiones o copiando voces. Decimos manifestaciones artísticas y no arte porque no hay expresión humana en ellas y, sobre todo, porque mantienen la tendencia de crear productos de consumo. Por eso, en realidad lo que hacen no es arte; su trabajo no es original, ya que solo producen un mosaico compuesto de muchos datos adquiridos de diversas bases de datos.
El actual problema que la IA ha revelado es un problema humano que el arte refleja de forma adecuada: la población actual es más ajena al esfuerzo y desea todo de forma rápida. Por eso, resulta normal que como sociedad aceptemos fácilmente lo artificial y que nos alegre el poder ser artífices con solo apretar un botón.
Este tipo de manifestación artística no requiere esfuerzo, dedicación o conocimiento previo, solo jugar en el proceso. Quizá allí se encuentra el auténtico problema de las IA. En otras palabras, que los usuarios no tienen auténtico conocimiento de lo que están mandando a hacer, obtienen resultados, sin entender el método ni lo que este resultado implica.
Por ello, a este paso, el arte está destinado a convertirse en un simple producto de consumo y como todo en el mercado, gana lo que es más eficiente, barato y fácil de obtener, ignorando el proceso y el aprendizaje que viene con él.